TE REGALAREMOS LAS 10 MEJORES RAZONES PARA VIAJAR MÁS A MENUDO.
1.
Disfrutas de la Vida
Al viajar descubrimos y experimentamos cosas nuevas,
las cuales muchas de ellas hacen que disfrutemos de la vida de forma distinta a
como estábamos habituados. Te permite descubrir y probar nuevos sabores y olores,
sobre todo con la comida, disfrutar de paisajes diferentes a los conocidos y de
la arquitectura y monumentos del lugar, realizar actividades al aire libre que no
has hecho antes, y te gustan, Además, cuando viajamos pasamos más rato en “modo
contemplativo”, es decir, nos relajamos y experimentamos el momento a través de
nuestros sentidos, lo cual nos hace disfrutar más de la experiencia.
2. Rompes
con la rutina
Nos pasamos la mayor parte de nuestra vida trabajando,
de casa al trabajo y del trabajo a casa, viviendo siempre la misma película y a
veces esa película puede ser tremendamente aburrida. Si estás cansado de esta
vida de hámster que parece nos ha tocado vivir, sal de la jaula. Tú no eres un
hámster, puedes escoger y decidir. Sabemos que la decisión no es fácil, quizá
implique estar varios años ahorrando, pero si realmente te apetece romper con
la rutina, no lo dudes, viajar por el mundo es una de las experiencias más
completas que existen para conseguirlo
3. Te
Conoces Mejor
Conocerse bien a uno mismo es clave para poder llevar
una vida feliz.
Para ello, necesitamos hacer dos cosas: (1)
exponernos a cosas nuevas; y (2) hacer trabajo introspectivo, en el sentido de
reflexionar y pensar sobre nosotros, nuestra vida y lo que queremos de esta.
Sin embargo, a causa del ajetreo diario, las
ocupaciones y la rutina que nos arrastra, pocos son los que dedican el tiempo
necesario a esas dos tareas, viajar es la excusa y la oportunidad perfecta para
hacerlo, no sólo porque al viajar irremediablemente nos veremos expuestos a
cosas nuevas que antes no conocíamos de su existencia, sino además porque nos habremos
desconectado de la vida que dejamos en nuestra casa (problemas, ocupaciones,
rutina, etc.), lo cual propicia que dediquemos tiempo a pensar en nosotros y en
nuestras vidas.
4. Abres tu
mente
Una de las tendencias del ser humano es la
exploración, nacemos con ese impulso que nos lleva a explorar, a descubrir
cosas nuevas con nuestros sentidos, a conocer lo desconocido. Hay personas que
llegado un momento optan por pararse donde están, pero hay otras que la
curiosidad los lleva a conocer otros lugares, otras culturas, otras realidades.
De niños ese impulso vital permite que nos construyamos, pero de mayores nos
sirve para ampliar esa mente que ya tenemos construida. Cuando abres tu mente,
eres capaz de entender y respetar otros puntos de vista, comprender otras
formas de hacer y de entender la vida. Tienes la capacidad de ver que hay un
abanico más amplio de posibilidades, porque no juzgas lo ajeno en base a lo
conocido. Viajar te hace ser más empático y te enriquece en todos los sentidos.
5. Valoras
Más lo que Tienes
Hasta que no dejas de tener algo no lo valoras en su
justa medida. Estar fuera de casa, lejos de ciertas comodidades y de personas
que queremos, nos hace apreciarlas más a la vuelta.
Las personas tendemos a fijarnos y centrar nuestra
atención en las cosas negativas que nos suceden, pero ¿y qué pasa con las cosas
buenas? Están ahí, sólo hace falta que las aprecies.
6.
Desaprender lo aprendido
Al viajar inevitablemente tu mente se abre a nuevos
conocimientos, vives nuevas experiencias, descubres nuevas formas de hacer, de
pensar, de sentir.
Todo eso que muchas veces choca con tu forma de ver
las cosas y de entender el mundo te lleva a replantearte, a cuestionarte,
muchas cosas que das por hecho. Te niegas a aceptar como respuesta a tus
preguntas un "porque siempre se ha hecho así", esa afirmación sin
fundamento ya no te sirve. Te vuelves inconformista, porque tienes más
argumentos, más conocimiento para justificar que eso no tiene por qué ser así.
Cuestionarse lo establecido, es bueno, es el primer paso para crecer, para
enriquecerte y en definitiva para no estancarte en el pasado y evolucionar al
mismo ritmo que evoluciona el mundo.
7. Creces
como Persona
Viajar es un desafío constante. En especial si viajas
solo, y esto es precisamente para expandir tu zona de confort, simplemente
porque tú eres quien toma las decisiones y el único responsable de sus
consecuencias, estás solo y nadie vendrá en tu rescate ni te servirá de apoyo
para superar todos los desafíos (y serán muchos) que te vas a encontrar, tales
como :
Familiarizarte con la moneda, un nuevo idioma,
encontrar alojamiento, aclararte en el metro (si hay) o bus, encontrar buena
comida, conocer gente nueva, y un largo etc.
Viajar a lugares nuevos y enfrentarte a estos
desafíos te coloca en la zona de coraje, expandiendo así tu zona de confort, y,
consecuencia de ello, creces como persona.
8. Conocer
gente nueva
Una de las cosas que más nos aporta el viajar es
conocer gente increíble. Cuando viajas entras en una nueva dimensión en la que
estás expuesto y abierto a todo. Una playa, un autobús, un bar, un hostal, una
tienda, cualquier lugar y situación es buena para conocer a personas
alucinantes que como tú, comparten la misma pasión, viajar.
9.
Estimulas y Desarrollas Tu Cerebro
En contra de lo que se creyó por mucho tiempo, el
cerebro no es un órgano estático e inmutable. Va cambiando a lo largo de
nuestra vida, es decir nuestras neuronas pueden aumentar o disminuir las
conexiones con otras neuronas, y se pueden conectar con neuronas nuevas con las
que antes no conectaban, y dejar de estar conectadas con otras que sí lo
estaban. E incluso se pueden formar nuevas neuronas.
Por lo tanto, aprenderte las calles y hacerte un mapa
mental de la ciudad en la que estás, aprender un nuevo idioma, tocar un
instrumento, hacer ejercicio, meditar, e incluso jugar a videojuegos, son
algunas de las actividades que promueven la neuroplasticidad, estimulan nuestro
cerebro e incluso dan formación a nuevas neuronas.
10. Ganas
Confianza
Casi todos, por no decir todos, hemos tenido alguna
vez problemas de confianza. Ello supone que dejemos escapar muchas
oportunidades en la vida por miedo al rechazo o a no hacer bien y terminar lo
que nos proponemos.
Tener poca confianza en uno mismo es un tema serio
porque o bien te hace desistir de intentar cosas nuevas que merecen la pena, o
bien te hace intentarlas con poca fe y convicción, lo cual irremediablemente
lleva al fracaso.
La buena noticia para nosotros es que está en nuestra
mano mejorar la confianza que nos tenemos, poniéndonos a prueba y superando
obstáculos y desafíos. Cuando te propones algo y lo cumples tu confianza
aumenta, por pequeño que sea el reto. Cuando encima lo has hecho bien y tú
mismo y otros así lo reconocen, más aumenta tu confianza. La acumulación de
esas victorias, pequeñas y grandes, darán forma a la confianza que te tienes.
Viajar es el perfecto ejercicio para trabajar tu
confianza en ti mismo, porque encontrarás un camino lleno de retos y desafíos.
Será una exposición controlada a diferentes pruebas que tendrás que afrontar y
superar quieras o no, en especial si viajas solo.
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